Maverick: la historia de Ricardo Semler.
Ricardo Semler es una de las referencias mundiales en lo que se refiere a nuevas formas de management que trascienden las prácticas burocráticas. Su historia, digna de estudio, la explica Semler en un vídeo TED.
En el siguiente video compartimos con vosotros una charla TED en la que Ricardo Semler comparte su visión de cómo es posible cambiar para mejor el mundo de la empresa, con una perspectiva humanista que tenga en cuenta a las personas y ayude a desarrollar todo su potencial.
Ricardo Semler es un viejo conocido para todos los que se dedican a crear mejores empresas con un modelo radicalmente distinto de organización. Como CEO de Semco Partners, empresa familiar que heredó de sus padres, lideró un cambio en la manera de trabajar de la compañía que la transformó en un claro ejemplo de lo que se llamó después “democracia industrial”.
Semco ha sido, desde entonces, un ejemplo de cómo realizar la transición dentro de una empresa hacia una estructura mucho más horizontal, adelgazada de managers, y donde la auto-organización es uno de los ejes clave. El enorme éxito económico de la empresa desde que adoptó estos nuevos principios es uno de los ejemplos más señalados de cómo cambiar de forma radical el estilo de management actual no significa la ruina de la empresa, sino todo lo contrario. De hecho, el propio Semler ha fundado el Semco Style Institute para difundir el ejemplo de manera global. Si queréis saber más sobre la experiencia de Semco, podéis leer el libro Maverick, donde el propio Ricardo la narra en primera persona.
En el vídeo TED que compartimos, es especialmente interesante la respuesta de Semler a la pregunta: ¿Por qué este modelo de auto-organización en las empresas no es mucho más habitual, si se conoce desde hace tiempo, y se sabe que funciona y aporta resultados? (buscad el minuto 17:50). La respuesta no deja lugar a dudas: se necesita perder la necesidad de control, y no todo el mundo está preparado para eso, sobre todo porque no tienen el incentivo para hacerlo. El motivo fundamental es que si una empresa sólo se fija en los resultados trimestrales, jamás podrá cambiar su manera de trabajar. Sin duda, una lección muy importante: sobrevivir a corto plazo no es lo mismo que prepararse para prosperar en el largo. Y de hecho, pueden incluso ser incompatibles.